Muchos a diario o en los fines de semana operan sus embarcaciones en las marinas, puertos, durante la navegación o en largas travesías, pero desconocen qué es lo que hace que esas maniobras lleguen a tal fin. También, por otro lado, muchos de los patrones o propietarios de las embarcaciones no consideran si su sistema de propulsión se encuentra correctamente dimensionado, instalado o mantenido.
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En un sistema de propulsión convencional, el componente principal que actúa para que la embarcación tenga buena impulsión, dejando de lado el tipo de planta propulsora, está formado por el conjunto de línea de eje y hélice. Un buen diseño hace que el manejo sea placentero, seguro y más económico, debido a un correcto rendimiento, el cual disminuye el consumo de combustible.
Formas, dimensiones y apoyos
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Como elemento principal, el eje porta hélice no solo transmite el empuje y torque del motor a la hélice, sino que también soporta todo el peso de la hélice en su extremo y, además, todas las fuerzas de la embarcación a lo largo de la navegación. Con lo cual, es el mecanismo principal de diseño en el sistema de propulsión.
El cálculo incorrecto del diámetro del eje porta hélice trae como consecuencia importantes problemas de vibración en la transmisión, y hasta su posible rotura. Ahora bien, ¿cómo sabemos si nuestro eje es el correcto? Existe una manera simple de comprobarlo en forma aproximada, y es mediante una pequeña cuenta: Øeje [mm] = Øhélice [mm] / 14.
Nota completa en la edición 491 de Weekend, agosto de 2013. Si querés suscribirte a la revista y recibirla en tu domicilio, clickeá aquí.
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