El río Uruguay siempre da satisfacciones. Con Héctor Deibe, guía de pesca y amigo, acordamos realizar un relevamiento en Villa Paranacito y hacia allá partimos en compañía de Pedro Iglesias. Salimos de la Ciudad de Buenos Aires bien temprano y con viento nordeste regular, dirigiéndonos al complejo de puentes en Zárate.
Allí visitamos el local de Tono Ciliberti, que nos tenía la carnada preparada: tres bolsas de mojarra viva grande. También nos comentó que la pesca, tanto en el río Paraná Guazú como en el Uruguay, se estaba dando muy bien, con buenos pejerreyes desde muelles o embarcado.
Continuamos viaje para dirigirnos a la guardería Los Pinos, el lugar de encuentro con Héctor y con Leandro Poggi, que viajaba desde San Nicolás para sumarse a la salida. La guardería está ampliando su capacidad con un nuevo galpón para el depósito de lanchas, dado que el espacio actual se encuentra desbordado por la gran cantidad de embarcaciones que van a pescar al río Uruguay. Además tiene camping, bajada de lanchas, restaurante y proveeduría.
Recorriendo la ruta de los pejerreyes
Héctor ya nos estaba esperando en el muelle de la guardería. Cargamos los elementos de pesca en su trucker y comenzamos a navegar por el arroyo Martínez hacia su desembocadura en el río Uruguay.
Antes de llegar hicimos una parada en la casa de Héctor para desayunar y preparar los equipos de pesca, todas cañas de 4,20/4,30 de largo, telescópicas o de enchufe, que nos permiten separar más las boyas de la línea y agregar algún puntero, colocando nuestro reel frontal en el portarreel o atado con una banda elástica si no lo tuviera.
Lo cargamos con multifilamento 0,16 / 0,18 o nylon 0,25 mm impregnado con flotalíneas, pasándolo en las cañas de tramos enchufables, no así en las telescópicas, porque luego a bordo se complica la tarea.
Nota completa en la edición 490 de Weekend, julio de 2013. Si querés suscribirte a la revista y recibirla en tu domicilio, clickeá aquí.
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