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PESCA | 15-03-2013 16:26

Pinto y Arrecifes: rendidores

Muy buenos piques de tarariras y dorados, todos concretados con señuelos artificiales. Lugares y técnicas. Galería de imágenes.
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Cercanos a la ciudad de Baradero, el río Arrecifes y el riacho Pinto son dos ambientes muy aptos para practicar la pesca con señuelos (spinning) e intentar la captura de dorados y tarariras. Sabiendo la pasión que me despierta este tipo de pesca, muy rápido aceptamos la invitación de Daniel Suigo, guía y gran conocedor de la zona. Nos anticipó que había muy buena pesca de dorados y tarariras y en la modalidad que a nosotros nos gusta.

Un viernes partimos temprano con Eduardo Bracalente. Desde la Ciudad de Buenos Aires, una vez tomada la ruta Panamericana es sencillo llegar. Se sigue hasta el Km 142 y allí se dobla a la derecha, continuando unos 9 km. Finalmente, otra vez a la derecha y a unos 100 m se encuentra el puerto de Baradero, donde nos esperaba el guía con su lancha lista para iniciar la jornada de pesca. La idea era probar primero con los dorados, ya que Daniel había visto bastante actividad durante los días anteriores.

Pruebas en el Arrecifes

Por el río Baradero nos dirigimos hacia el Arrecifes. Tendríamos unos 15 minutos de muy placentera navegación, ya que el Baradero no es muy ancho y resulta muy difícil que se levante marejada por la acción del viento. Una vez ingresados al río Arrecifes e iniciada su navegación, pudimos observar un muy bonito paisaje. Seguimos la marcha en busca de accidentes naturales como palos sumergidos, árboles, puntas, salientes o curvas que aceleren la velocidad de la corriente y formen correderas, todos lugares donde acecha el dorado.

En un momento divisamos un sector que reunía todas las características buscadas, con una corredera muy marcada. “Aquí es el lugar”, dijo el guía, y procedimos a atar la lancha a una rama de un árbol pegado a la costa, quedando perfectamente ubicada para que pudiéramos pescar con total comodidad.

La técnica elegida para probar fue el spinning, seguramente el sistema de pesca más deportivo y que brinda mayores satisfacciones, factible de practicar tanto de costa como desde la embarcación. Las cañas pueden ser de fibra de vidrio o de grafito, el largo varía entre 2 y 2,40 m, con pasahílos para un reel frontal a rulemanes y con un buen registro de estrella, con capacidad para 100 a 150 m de nailon del 0,30 a 0,35 mm de acuerdo con el tamaño de los dorados que predominen, aunque con un 0,30 mm de buena calidad será suficiente y se logrará que el señuelo trabaje con mayor naturalidad.

En caso de utilizar un reel rotativo, el sistema se denomina bait casting.

Es la misma técnica que la pesca anterior, pero el equipo es diferente: caña de grafito enteriza con mango gatillo y pequeños pasahílos, con un largo de entre 1,80 y 1,95 m y con una potencia que puede ir de de 8 a 20 libras (1 libra = 453,59 gramos). Con este tipo de elementos se logra mayor precisión en el lanzamiento. El único inconveniente es que se dificulta arrojar señuelos muy livianos.

Equipos y piques

Cuando trabajamos con señuelos haciendo spinning o bait casting nos damos cuenta si el artificial viene nadando correctamente porque la puntera de la caña trasmite su movimiento en forma muy notoria.

En el momento de comenzar a pescar utilizamos equipos diferentes. El guía y yo nos inclinamos por frontales con nailon del 0,30 mm, mientras Eduardo eligió un pequeño rotativo de muy buena calidad cargado con multifilamento de 0,18 mm. Los señuelos no muy grandes, de entre 8 y 12 cm, con paleta para que ganen profundidad rápidamente.

Y también se usaron señuelos rattling, que se enganchan del lomo y no tienen paleta babero: se hunden por su propio peso y poseen una acción muy enérgica y rápida, con bolitas en su interior que los hacen sonoros. Entre el artificial y el nylon del reel se debe colocar un pequeño leader de acero de unos 25 a 30 cm de largo, con una resistencia de 20 a 30 libras. Si usáramos un cable más grueso del recomendado, el señuelo perdería naturalidad en su natación.

Una vez que comenzamos a pescar, los piques no tardaron en llegar. Todos tuvimos violentos ataques sobre nuestros artificiales, con varios fallidos y otros tantos capturados que nos regalaron largas corridas y saltos en su intento por escapar.

Al comprar señuelos es recomendable verificar que los triples sean de buena calidad, ya que si no es así los dorados pueden enderezarlos fácilmente. Aclaramos que la pesca fue realizada con devolución de todos los ejemplares capturados.

Luego de quedar totalmente conforme con la pesca efectuada, decidimos dar por terminada la jornada en cuanto a dorados e ir por las tarariras. Navegamos por el Arrecifes buscando el Baradero y por éste hacia el riacho Pinto. De todas maneras, mientras andábamos por el Baradero, apenas veíamos una bahía o entrada que prometía tarariras parábamos y hacíamos los intentos.

Así capturamos varias, pero más bien chicas. Hasta que el guía ubicó una zanja con su boca al río tapada, pero que después de unos metros continuaba con claros y vegetación flotante. Al verla no dudamos: era el ámbito ideal que seguro albergaba tarariras. Y no nos equivocamos: ni bien cayeron los señuelos al agua tuvimos numerosos ataques, muchos concretados en capturas y otros tantos errados.

Pescando con señuelos de superficie, lo más importante es ver la explosión en el agua en el momento que la tararira se lanza sobre el artificial. Como ataca más por irritación que por hambre, va con tanta violencia sobre el artificial que muchas veces le erra y el agua estalla: un espectáculo que ya nos llena de placer aunque el pez no haya sido capturado. La mayoría de las tarariras eran pequeñas, salvo algunas capturas de buen porte. Los equipos utilizados fueron los mismos que empleamos para la pesca del dorado.

Altura del río

Otro detalle a tener en cuenta antes de programar una salida de pesca a la zona es consultar con el guía sobre el estado del río, ya que según su altura cambia el pique. Por ejemplo, la semana anterior a nuestra salida había más agua y las tarariras que salían en el Pinto eran de muy buen tamaño. En cambio, el día que llegamos nosotros, como había mucha bajante no pudimos acceder a los buenos lugares de pesca de ese ambiente. Pero como la pesca siempre nos da otra oportunidad, volveremos por las buenas tarariras de este atractivo riacho.

Baradero es un lugar cercano para los porteños, de fácil acceso y muy bueno para practicar la pesca de las muchas variedades que albergan sus aguas.

Nota publicada en la edición 486 de Weekend, marzo de 2013. Si querés adquirir el ejemplar, llamá al Tel.: (011) 4341-8900. Para suscribirte a la revista y recibirla sin cargo en tu domicilio, clickeá aquí.

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Alvarito .

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