Friday 29 de March de 2024
PESCA | 28-09-2012 03:00

Regalos de Bella Vista

Aunque falta para que llegue el mejor momento, la zona correntina entregó muy buenos ejemplares de una especie cautivante como el pacú. Además, surubíes y dorados en la misma salida.
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Con tono de amenaza y apuesta, el guía Hugo Viccini y su inseparable compañero Choco me hablaban sobre la extraordinaria pesca de pacú que había en la zona, y casi que me obligaban a ir a Bella Vista a comprobarlo ante mi poca credibilidad debido a la tempranera época del año.

Cuando uno habla de este singular pesquero, sinceramente se encuentra con un lindo problema: qué llevar o qué dejar ante tanta diversisas de especies a capturar. Si bien con algunos equipos podemos ajustarnos a diferentes pescas, siempre surgen alternativas que nos obligan a sumar algún otro elemento.

La vedette de la zona es, sin dudas, el pacú. Pero le siguen en importancia hermosos dorados y enormes surubíes, especies principales en la búsqueda del pescador deportivo.También tenemos probabilidades de dar con bogas, salmoncitos de río, bagres de todo tipo, chafalotes y palometas, entre otras.

Vamos a agrupar por especies los equipos más aconsejables para pescar en Bella Vista. Para el pacú al golpe, modalidad que utilizamos en esta oportunidad: cañas para frontal o rotativo de hasta 2 m de largo de 17 a 20 libras, reeles cargados con nailon 0,40 mm o multifilamento de 20 libras, anzuelos forjados 3/0 o 4/0 atados con leaders de acero de 40 libras y no más de 20 cm de largo.

La pesca al golpe se realiza con la embarcación a la deriva y tirando nuestros aparejos contra la costa, especialmente las que estén sucias de palos, camalotes, desmoronamientos de barrancas, etc. Y la técnica consiste en tirar, dejar hundir la carnada un poquito e ir recogiendo lentamente.

En general, los piques se dan en el momento que la carnada toma contacto con el agua, pues semeja un fruto o algo que cae al lecho del río: el pacú se halla alerta y expectante ante esta situación. Una vez producido el pique, sólo hay que tratar de que el ejemplar no se enrede entre los palos sumergidos del pesquero.

Si la idea es capturar dorados y surubíes con carnada o haciendo trolling, tenemos que pensar en cañas hasta 25/30 libras, reeles rotativos que posean capacidad para 200 m de nailon 0,40 mm, algunos plomitos corredizos de entre 10 y 80 gramos y anzuelos de 7/0 al 9/0 atados en leaders de acero de unos 40 cm de largo y 50 libras.

Para hacer trolling debemos armar leaders de acero de unos 50 cm con esmerillones y, especialmente, mosquetones que soporten la potencia del pez. Recordemos que en la zona pueden darse dorados de más de 10 kilos y surubíes que superan los 40 kilos.

Y para la pesca variada en general, donde también incluimos al pacú pero esta vez pescado anclado, podemos usar cañas de hasta 2,50 m, reeles medianos cargados con nailon 0,30 mm o multi. Y a todas las brazoladas que armemos debemos agregarles un leader de acero previendo el accionar del pacú. En este tipo de pesca, el peso de la plomada lo determinan la profundidad y la correntada del lugar.

Habiendo aceptado el desafío de nuestro amigo Hugo y su promesa de numerosos pacúes, rápidamente armamos una salida junto a Walter Lozano. Y arrancamos hacia la hermosa ciudad correntina, que se caracteriza por su tranquilidad, su armonía y sus paisajes de singular belleza.

Pacúes al por mayor

Llegamos muy temprano por la mañana y el partido de la pesca ya estaba planteado desde del muelle: Hugo y Choco por el lado correntino y Walter y yo haciéndonos cargo de los porteños. Saludos de rigor, y a subir todos los elementos de pesca sobre la Aguará, la embarcación de Viccini.

Los locales nos fueron explicando cómo estaba comiendo el pacú para que vayamos poniéndonos cancheros en el momento de la pesca. Armamos equipos para frontal y otros para rotativos, aunque creo que para pescar al golpe es más comodo el frontal. Y llegamos muy pronto al pesquero. Atamos al hilo que viene del reel un corto leader con anzuelos 3/0. Y el guía sacó la carnada: unos bollitos de masa que llama “la imbatible” y cuya elaboración mantiene en casi absoluto secreto. La base es esencia de vainilla y harina de maíz y trigo, pero como asegura un amigo: “Te dicen todo el libro, pero la última hoja la arrancan”.

Paralelos a la costa comenzamos la deriva, tratando de localizar esos árboles caídos, desbarranques, raigones y camalotes entre ramas que pudieran marcar la presencia del pacú. Entonces esperábamos pasar por esos lugares y realizábamos nuestros lances. Hicimos 10, 20 tiros y nada. Ya la adrenalina aumentaba, pero nuestros amigos correntinos se mostraban tranquilos. Hasta que al pasar por un árbol caído sentí la voz del guía que decía: “Ahí, Julio, detrás de ese tronco”. Parecía que lo hubiera visto: un toque, dos toques y pez clavado. Por la lucha que presentaba todo hacía indicar que era un pacú, algo que confirmamos después de unos minutos cuando –copo mediante– lo izamos a bordo. Así recorrimos unos 1.000 metros de costa capturando algunos más y perdiendo otros, pero la presencia activa de la especie era concreta y la apuesta estaba definitivamente perdida.

 Variedad de especies

Por recomendación del guía dejamos descansar el lugar y fuimos a otra costa sucia del río. Las respuestas otra vez resultaron inmediatas. Algo increíble: mes de septiembre y pesca activa de pacúes. Sinceramente, una gratificante sorpresa.

Habiendo realizado nuestro primer relevamiento, hicimos un alto en un campamento “vip” que tiene el guía en una isla. Y allí mismo capturamos bogas, salmones y un hermoso pacú reloj. Todavía nos quedaban los dorados y surubíes, los que tentaríamos con morenas y artificiales.

Comenzamos haciendo trolling con señuelos de paleta larga sobre los veriles, y solo obtuvimos un par de capturas de cachorritos de surubíes que llegaron a los 8 kilos y algún dorado pequeño, que también tomó en profundidad el señuelo.

Luego ingresamos al delta buscando correderas que nos regalaran algún dorado, pescando esta vez con carnada natural. Anclamos a unos metros de la costa y, tirando hacia un costado, dejamos correr la línea que, con pequeños golpecitos de caña, hacíamos derivar hasta la boca de un aguaje. Allí se producían los ataques de los dorados. Y si bien no nos tocó sacar ninguno grande, nos divertimos mucho.

Teníamos varias especies capturadas y la idea era volver al pacú. Así que antes de regresar definitivamente pasamos por el palerío y obtuvimos algunos ejemplares más, ante la atenta y socarrona mirada de varios correntinos que andaban por el lugar.

Esta visita nos confirma que en Bella Vista se puede hacer un gran slam de especies, pescando las más buscadas y codiciadas del Alto Paraná. Con la combinación de peces, técnicas y ambientes que todos soñamos antes de partir.

Nota publicada en la edición 481 de Weekend, octubre de 2012. Si querés adquirir el ejemplar, llamá al Tel.: (011) 4341-8900. Para suscribirte a la revista y recibirla sin cargo en tu domicilio, clickeá aquí.

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Julio Pollero

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